domingo, 11 de diciembre de 2016

Bella ROMA

Definitivamente, Roma no es una ciudad que puedas visitar en un día o dos. En realidad, creo que por mucho tiempo que pases de vacaciones allí siempre te quedarás con la sensación de haberla visto a medias. Y es que son tantas las cosas y los lugares que ver...


Podría empezar hablando de cualquiera de los bellos sitios por los que pude pasar, aunque creo que personalmente cada calle me parecía igual o más bella que la anterior. Comenzaré, entonces con lo que más me gusto no solo de Roma sino de todas mis vacaciones en Italia: La Fontana de Trevi. Desde la primera vez que la vi, en alguna película, siempre me ha llamado la atención lo romántica y bonita que parecía. Pues bien, cuando por fin pude verla en persona, comprobé que no era ni la mitad de impresionante ni bonita de lo que luce en las fotos o vídeos.


Es una fuente tan grande metida en una plaza tan pequeña, que ya de primeras impacta a la vista. Los detalles tan elaborados que se pueden observar, son el claro reflejo de un trabajo bien hecho que a nadie deja indiferente. A pesar de haber tanta gente, el flujo de personas es constante y el movimiento no cesa ni al caer la noche. Es más, a mucha gente le atrae la idea de ver la esplendorosa fuente de noche, como es comprensible, por la romántica y bonita iluminación que posee en la oscuridad. Verdaderamente, de todos los sitios que tuve la suerte de visitar, me quedo -casi- sin ninguna duda con la preciosa Fontana de Trevi.


Por mucho que me hubiera gustado contemplar esa fuente todo el día, hay miles de cosas más que ver en la capital de Italia. Por ejemplo, el Vaticano, que aunque no esta dentro de Roma, es una visita obligada al pasar por allí. El lujo y la cantidad de oro que pudimos ver creo que no era cuantificable. Eran muchos las obras de arte, los detalles y los adornos que decoraban el interior de este microestado, pero eso es algo que todo el mundo sabe. La Piedad de Miguel Ángel, situada a la entrada de la basílica, es lo que más me gustó ver pues para mi gusto es una escultura que refleja sentimiento y talento. Por otra parte, la plaza de San Pedro con tantos fieles y turistas es algo bonito de ver, al igual que la seriedad de la elegante Guardia Suiza.


Por supuesto, el Coliseo romano no puede pasar desapercibido en cuanto al turismo de esta cuidad. Andar por un calle moderna en la que tan pronto te encuentras con un bar gay como con una trattoria italiana, y de pronto ver un gran Coliseo de la Antigua Roma y al lado el Foro Romano en donde se hacía toda la vida en aquellos tiempos, es como andar a caballo entre dos épocas del todo diferentes y casi opuestas. El ambiente que se respira es tan especial que es casi como si respirases la historia de un gran imperio y de una sabia civilización. Si te gusta la arquitectura el Coliseo es una edificación que seguramente de encantará, como le pasó a mi abuelo quien se pasó todo el día pensando como en esa época pudieron construir algo "tan perfectamente redondo".




El castillo de Sant'Angelo, la plaza España, el Panteón de Agripa... Son tantas las cosas que me quedaron por ver allí que un juramento hecho a misma me obligará en algún momento de mi vida a instalarme en esta maravillosa ciudad un tiempo. ¡Qué más quisiera yo! Yo confío en que está en mi destino encontrarme recorriendo esas calles de nuevo en un futuro y disfrutando del mundo romano sin limitaciones ni horarios. Claro que no lo digo sin ninguna garantía, la moneda que tiré a mi querida Fontana de Trevi me tiene asegurada la vuelta a la bella, bellísima, Roma.